Errores habituales que debemos evitar jugando al padel
Los jugadores más noveles solo quieren divertirse e ir evolucionando poco a poco pero una vez has jugado el primer partido, tu competitividad aumenta y pronto quieres dominar todos los golpes. Pero como todo aprendizaje requiere su tiempo por lo que tendrás que tener paciencia y empezar por el principio: evitar algunos errores muy frecuentes en los primeros compases y que te pueden hacer perder puntos. ¿Sabes a cuáles nos referimos? Te los contamos.
Errores a evitar cuando empezamos a jugar al padel
Todos empezamos jugando al padel por pura diversión y cuando ya vemos que es adictivo y empezamos a jugar con mayor asiduidad contemplamos la opción de buscar un buen monitor que nos enseñe a dominar el juego. Sin embargo antes de empezar a realizar los golpes más complicados es fundamental eliminar esos errores con los que empezaste jugando y que son difíciles de quitar. En el padel quien menos falla es el que resulta vencedor por eso es imprescindible aprender a identificarlos y eliminarlos de nuestro juego.
Mala posición durante los golpes. Esto incluye ocupar un espacio indefinido en la pista sin estar ni en la red ni en el fondo de la pista, no colocar bien los pies o la pala a la hora de golpear. Estos errores pueden hacer que no lleguemos a devolver la pelota o que esta salga con un efecto que no es el deseado, que se vaya a la pared o no pase de la red. Si quieres conocer la posición perfecta para cada uno de los golpes en nuestra sección Técnica y táctica de padel podrás aprender a ejecutar los golpes que necesitarás para este deporte.
No mantener la posición de espera. A la hora de jugar al padel debemos de esperar la pelota con las rodillas flexionadas y la pala en alto, preparada para golpear de forma que nos dé tiempo a devolver el golpe o a movernos por la pista con buena capacidad de reacción. Es muy frecuente que en los primeros compases de juego estemos acostumbrados a mantener una postura erguida y la pala abajo lo que va a resultar clave a la hora de no llegar a la pelota o golpear con contundencia.
No acompañar la pelota. A la hora de ejecutar cualquier golpe es fundamental que nuestro cuerpo y la pala acompañen a la pelota para que, de esta forma, todo el impulso de nuestro cuerpo ayude en la salida de bola y que esta acabe en la dirección que queremos. Acabar con la pala demasiado abajo o arriba en la terminación de nuestros golpes hará que la pelota vaya desviada contra la red o directamente a la pared del rival. El acompañamiento de la pelota adquiere un significado especial en el saque donde una vez realizado nuestro saque debemos ocupar la red para empezar atacando.
Movimientos descoordinados con nuestro compañero. El padel es cosa de dos. De nada sirve tener buena técnica si no nos entendemos con nuestro compañero. A la hora de movernos es fundamental coordinarnos con él y movernos a la vez al fondo de la pista o la red para evitar dejar espacios. Además es fundamental también aprender a comunicarnos con nuestro compañero de forma que sirva para mejorar nuestro juego y nunca caer en mensajes negativos.
No utilizar las paredes. Uno de los principales atractivos del padel son las paredes que le aportan un toque original ofreciéndonos muchas más posibilidades de juego con rebotes y efectos no esperados por eso no utilizarlas supone un gran error. Deja que la pelota rebote en ellas antes de pegarle y úsalas para sorprender a tu rival.
Perder los nervios. En muchas ocasiones durante un partido de padel queremos finalizar pronto el punto tratando de definir ya en el saque o desesperándonos si no conseguimos dar con el golpe ganador. No olvides que al padel gana quien menos falla, si pierdes la calma es más fácil que cometas un error o que ejecutes un golpe mal por intentar resolver pronto. Es mejor adaptarse al ritmo del partido e ir leyéndolo poco a poco hasta conseguir encontrar el golpe que haga fallar a tu rival. ¡No te desesperes y disfruta del padel!