Por qué debemos jugar cruzado en padel

Por qué debemos jugar cruzado en padel

La estrategia a seguir es una de las claves del deporte en general y del padel en particular y dada su importancia debemos tenerla clara desde el principio y establecerla junto a nuestro compañero para conseguir mejores resultados. Una de las estrategias más populares y que más ventajas nos puede generar es el juego cruzado. ¿Pero sabes por qué es recomendable y cuándo debemos ponerla en práctica? 

En el padel existen una serie de claves que si utilizamos nos pueden facilitar el juego y conseguir salir victoriosos. Al margen de aquella que podamos dibujar junto a nuestro compañero existen algunas que nos van a ayudar, especialmente en determinados momentos. Una de ellas es jugar cruzado. Esta estrategia tiene es de gran utilidad si tenemos en cuenta que la premisa principal del padel es que ganará aquel que menos falle. 

Ventajas de jugar cruzado en padel

Al jugar cruzado vamos a evitar estos fallos o al menor minimizarlos ya que tendremos mayor margen de error a la hora de golpear porque conseguiremos que la pelota recorra mayor campo y por lo tanto es más fácil que esta entre dentro de los límites. Además la red también estará más baja en un golpe cruzado y por lo tanto facilitará que, en casos de bolas bajas, esta pase de campo incluso en aquellas bolas que toquen primero la red pues es más probable que pasen al campo rival que en el caso de las bolas paralelas.

Pero jugar cruzado no solo es beneficioso para nuestro juego, favoreciendo nuestro acierto y consiguiendo golpes más seguros sino también para provocar el fallo del rival. Y es que este tipo de juego además de ser perfecto para asegurar nuestros golpes y ejecutar bolas fáciles que nos permitan no arriesgar, manteniendo la pelota en juego, también va a ayudarnos a provocar el fallo en el rival. Por eso jugar cruzado está bien en casi cualquier momento, excepto en situaciones en las que el golpe paralelo sea muy claro y definitivo o en la nevera, y se convertirá en ideal en determinadas situaciones, especialmente cuando nuestros rivales son superiores o el marcador sea ajustado porque así ganaremos seguridad en el juego y podremos conseguir que el rival falle  especialmente si no les interesa ese ritmo de juego, ya que intentará arriesgar para evitar nuestra cómoda posición y es más fácil que cometa algún error.

Por otro lado, si jugamos cruzado la bola hará una diagonal recorriendo todo el campo rival y esto también nos generará cierta ventaja en el juego y es que al invadir la zona de los dos jugadores de la pareja contraria, esto puede crear dudas en ellos, sin saber quién de los dos ha de atacar la pelota. El hecho de que se cree esta situación obligará a ambos jugadores a tener una gran comunicación entre ellos para que sea uno de los dos el que la golpee, especialmente si se trata de una pareja formada por un zurdo y un diestro como en el caso de Pablo Lima y el jugador de HEAD Fernando Belasteguín. En caso contrario, el golpe caerá a nuestro favor pues o ambos o ninguno irán a por la bola, sin conseguir un golpe bueno o, cuanto menos, peligroso.

Por último el juego cruzado nos va a permitir jugar más con el rebote de las paredes o de la verja. Tanto si realizamos golpes como el globo o la volea cruzados, conseguiremos que la pelota rebote en las paredes añadiendo esto siempre un plus de dificultad en la devolución, especialmente si el rebote se produce en la verja o es una doble pared, siendo en ambos casos el rebote más imprevisible y en consecuencia perjudicando la lectura de la bola del rival.

El juego cruzado en padel consigue como vemos grandes ventajas para nuestro juego convirtiéndole en más seguro y fiable ofreciéndonos menos riesgos a la hora de afrontar el partido, especialmente los más complicados y, por sus características complicando también la devolución del rival.