Diferencias entre jugar al padel y jugar al tenis

Un dilema bastante habitual a la hora de practicar un deporte es ¿cuál se adapta más a mí? Y es que incluso en aquellas disciplinas con características similares como pueden ser los deportes de raqueta, la decisión se torna difícil. Si alguna vez te has encontrado en la disyuntiva de elegir entre padel o tenis, este artículo es para ti.

Aunque muchos jugadores de tenis se han pasado al padel o al menos lo han probado e incluso se atribuye la buena capacidad de aprender los golpes y movimientos del padel a un anterior dominio del tenis, lo cierto es que entre ambos deportes existen grandes diferencias que se perciben en el juego y que te harán decantarte por una u otra actividad. 

¿Jugar solo o acompañado?

A la hora de practicar deporte cada persona es un mundo y mientras algunos necesitan los deportes de equipo para sacar lo mejor de ellos mismos y motivarse más, otros prefieren la soledad para concentrarse. Esta será una de las principales diferencias. Mientras el tenis se practica normalmente de forma individual siendo tus victorias y derrotas únicamente responsabilidad tuya, en el padel se necesita una pareja con la que tendrás que entrenar y aprender a comunicarte pero que también te servirá de apoyo en los momentos más difíciles además de aportar al deporte un importante punto socializador.

¿Cuál se adapta más a mí?

Las características del padel lo convierten en un deporte ideal para todo tipo de jugadores pudiendo disfrutarlo desde los más novatos hasta los más profesionales abarcando cualquier tipo de edad, incluso es perfecto si no se ha practicado nunca deporte. Es en definitiva una práctica que se adapta con facilidad al nivel de exigencia y compromiso que queramos ofrecer haciéndolo una disciplina igualmente divertida mientras que el tenis requiere mejores condiciones físicas y mayor técnica. En los últimos años, a nivel amateur, el tenis ha perdido usuarios en relación al padel. 

¿Qué características me atraen más a la hora de practicar deporte?

La predilección por uno u otro deporte pasa por las características que prefiramos. En el tenis prima más la potencia, sin dejar de lado el control claro, mientras que en el padel, al estar acotado por las paredes que le confieren un gran atractivo, se necesita además gran precisión para lograr poner la pelota en las zonas más difíciles y conseguir así que nuestro rival falle. Otros aspectos fundamentales en el padel son los reflejos y la capacidad de lectura de la bola debido a las dimensiones de la pista y la existencia de paredes en las que tendremos que tener cuidado con el rebote. 

Muchos buscan en el deporte, además de diversión y nuevas amistades, una forma de encontrarse mejor consigo mismos tonificando su cuerpo. Depende de la zona del cuerpo que queramos desarrollar será mejor una u otra disciplina. Así mientras el padel se ocupa de fortalecer especialmente el tren inferior debido a que la mayor parte de los golpes van por abajo obligándonos a realizar estos movimientos, el tenis se encarga de fortalecer más el tren superior. 

En relación a esto debemos tener cuidado pues, aunque ambos son deportes de raqueta y por lo tanto las zonas más sensibles son los codos, las muñecas y los hombros, los cambios de dirección y de ritmo en el padel suelen ser más bruscos afectando más a aquellos jugadores con tendencia a sufrir del menisco y la rodilla. Por este motivo es importante realizar un calentamiento previo que reduzca la posibilidad de sufrir lesiones. 

Además debemos de tener en cuenta que las paredes en padel hacen el campo más pequeño pero a la vez lo convierten en una caja de sorpresas en la que se desarrollará un juego rápido e intenso mientras que en el tenis las jugadas tienden a ser más cortas, aunque los desplazamientos son más grandes. 

En definitiva, tenis y padel son dos deportes diferentes que coinciden en algunos aspectos del reglamento, la puntuación o en algunas características del juego como el uso de una raqueta, o pala, para golpear la bola pero en su esencia, en la pista no tienen nada que ver. Ahora que ya sabes cuáles son sus diferencias, ¿por cuál te decantas? Aunque te advertimos que el deporte nunca es malo y si decides jugar a los dos el resultado será el doble de diversión, nosotros lógicamente nos quedamos con el padel. ¡Engancha!

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